Algo se me fue contigo, madre
Llevo tiempo queriendo escribir sobre este tema, hace mucho que me apetece hablaros de ella, desahogarme con vosotros que siempre me escuchais, pero algunas de vosotras estabais con problemillas parecidos y no quería agobiaros demasiado, ahora que afortunadamente se va solucionando, (Indya, no sabes lo que me alegro), creo que es el momento de hacerlo.
Yo era una niña traviesa, juguetona y un pelín repelente porque me tenía muy mimada, soy la pequeña de 3 chicas con una diferencia de edad de 9 años, a eso se le puede añadir que lo mío era pasión de la buena, muy cariñosa y besucona siempre estaba colgada de su brazo, siempre haciendo monerías para llamar su atención.
Me encantaba como me peinaba la larga melena rubia y rizada, le gustaba hacerme todo tipo de peinados, ponerme vestiditos, tuvo que aprovechar mientras la dejaba porque tuve una época rebelde en contra de las faldas y cualquier cosa femenina que quisiera plantarme, me duró muy poco pero la traía por la calle de la amargura.
En una mala gripe me deshidraté con lo que me ingresaron varios días en el hospital infantil, el mismo donde nací, ella muy preocupada no quería apartarse de mi cama ni un segundo, pero no la permitieron quedarse conmigo, en los días que estuve ingresada llenó la habitación de muñecos, de cuentos, de globos, de todo aquello que pudiera hacerme olvidar la vía que llevaba a cuestas, como lloraba cuando no quería comer y como se reía cuando las enfermeras me llamaban alma en pena, tan chiquitita, tan blanquita y rubita con ese pijama blanco, que mal lo pasó, pobrecita.
Recuerdo cuando se enfadaba conmigo porque había hecho alguna trastada, que eran casi a diario y me perseguía por toda la casa para regañarme y yo me escondía en cualquier sitio, abultaba tan poco que cabía en cualquier parte, me metía en el armario, bajo su cama, en los armarios de la cocina, y a ella le hacía tanta gracia que se le pasaba el enfado y me llenaba de besos y abrazos.
La recuerdo malita, siempre quejándose de su estómago, comiendo poquito y haciéndose miles de pruebas, que eran nervios la decían, una úlcera..
Después de varios años de analíticas la operaron de urgencia el 23 de diciembre de 1993, según me dijeron iban a quitarla esos "nervios" para que dejase de estar malita, yo estaba en el colegio, tenía 13 años. Cuando el me recogió a la salida del colegio para llevarme con ella, le veía muy triste, todo el rato iba repitiendo lo mismo.- siempre le pasa a la gente buena- y yo quería decirle, no te preocupes, le quitaran los "nervios" y se pondrá bien. Cuando llegué al hospital y me encontré con tanto familiar con esas caras de enfermos, me asusté tanto que sin saber porque entré llorando a verla, papá me sentó en la cama con ella, me tumbé a su lado para poder abrazarla y que ella me besara, pasé toda la tarde así, pegadita a ella.
La noche buena de ese año la pasamos en el hospital con ella, no lo recuerdo como algo triste, estábamos juntos como siempre y yo bailé sevillanas para ellos como siempre y comimos langostinos como siempre, todos menos ella. Alguien me dijo que mientras que no rechazase la comida, todo iría bien y así lo conté a mis amigas en el colegio, cada día me preguntaban, ha comido?? Las recuerdo con tanto cariño..
Las semanas pasaban y no la veía recuperarse, cada vez estaba mas débil, mas frágil y delgada, la semana de carnaval papá y ella viajaron a Alemania, al parecer había un tratamiento milagroso que la curaría los "nervios". Tengo aquellas fotos, donde está tan consumida que el chándal que papá la compró parecía un saco, pero parece tan feliz rodeada de nieve, jugando con el hielo, como una niña.
Llegó marzo y con el mi cumpleaños, ella quería celebrarlo como siempre, con muchos niños por la casa, haciendo juegos y divirtiéndose con nosotros, mis hermanas se encargaron, ella daba las ordenes desde su cama y yo pasé el cumpleaños mas raro de mi vida pero tan agradecida. También llego el suyo, en el mismo mes, yo aún no entendía porque papá estaba tan triste y lloraba tanto..
Y con la primavera llegó el maldito abril, para esas fechas pasábamos mas tiempo en el hospital que en casa, yo pasaba largas tardes sentada a su lado, estudiando los exámenes del ultimo año de colegio, leyendo y escribiendo esos cuentos con ilustraciones que tan orgullosa la tenían, había allí una señora cuidando de su madre que también tenía "nervios" cada día me ponía suero en los ojos, los tenía siempre enrojecidos. Papá cada vez estaba mas triste, mis hermanas no hablaban apenas, todo el mundo disimulaba cuando me veía, yo seguía sin entender, si ella decía que íbamos a bailar en la feria del pueblo ese verano, es que nadie la escuchaba?
A mediados de mes ya no hablaba, ni se movía, todo el mundo decía que tampoco escuchaba, pero yo sabía que no era cierto, yo la cogía la mano y la hablaba al oído y ella apretaba, muy flojito casi ni se notaba, pero yo sentía que me apretaba la mano.
El 28 de abril cuando yo volvía a casa de la amiga que me acogió esos últimos días que papá y mis hermanas pasaban en el hospital 24 horas, se fue. Los "nervios" terminaron con ella. Yo me enteré unas horas después, cuando mi familia fue a recogerme de noche, sentados en el coche, mis hermanas destrozadas, papá sin poder articular palabra, sacó fuerzas para decirme que mi madre se había muerto.
Las 24 horas siguientes no las recuerdo con claridad, no quiero. Lo siguiente que me viene a la memoria son los dos años que pasamos durmiendo con papá en la misma habitación los 4, para no dejarle solo, para que pudiera descansar.
No recuerdo su voz, ni su risa, pero no olvido su olor, va conmigo a todas partes..